Viernes, 03 de Mayo 2024

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AMLO como canción de Molotov...

Por: Salvador Cosío Gaona

AMLO como canción de Molotov...

AMLO como canción de Molotov...

Ahora sí ya no hay recato en lo que muestra Andrés... Es evidente que pretende reunir todo el poder y eliminar cualquier contrapeso que le signifique un obstáculo para conseguirlo.

Si en algún momento existió algún tipo de pudor para disfrazar sus intenciones; ha quedado muy claro que se despojó de él.

Está actuando con premura y total desfachatez en el marco de la elección que se avecina. Ha exhibido que le tienen sin cuidado los llamados de atención del Instituto Nacional Electoral (INE), que en más de 60 ocasiones le ha convocado a conducirse en el marco de la ley y abstenerse de incidir en la contienda electoral (ley que por cierto, nació de un reclamo del propio Andrés, quien durante la campaña de 2006 le espetó el “cállate, chachalaca” al ex presidente Vicente Fox, para que se abstuviera de involucrarse de alguna manera en la elección).

Está, pues, Andrés orquestando, dirigiendo la estrategia, moviendo cada una de las piezas, y maquinando no sólo el “Plan C”, sino todas las letras del alfabeto, ante lo que se ha dado en llamar “la Madre de todas las Elecciones” en este país, lo cual ciertamente es una muestra inequívoca de que su corcholata -como llama a su candidata Claudia Sheinbaum- no está siendo favorecida en las encuestas que él posee, que son las verdaderas y no las que les entregan a sus voceros matraqueros para que las distribuyan.

Porque solamente un ciego no puede apreciar que quien comanda realmente a las huestes de su grupo político o movimiento es él. Quien ordena lo que se debe hacer a todo ese grupo de sumisos es él mismo, aunque quien aparece como presidente es el tal Mario Delgado, que no es otra cosa que simplemente un gerente operativo. Y en los Estados de la República lo mismo, son simplemente personeros que ejecutan las acciones con base en las decisiones del tlatoani mayor.

López Obrador está apostándole a la intimidación, a la violencia, a la presión, a la amenaza, al chantaje, y a todo ese listado de herramientas perversas para tratar a toda costa de arrebatar la elección al precio que sea.

Como decían por ahí, “palos harán falta para colgar cabezas” con las normas que está ya aderezando en materia legislativa, como la reforma a la Ley de Amparo, que deja totalmente inermes a los ciudadanos; sin protección ante el golpe autoritario del Gobierno. En concreto, elimina el derecho de los ciudadanos a protegerse ante las decisiones de las autoridades.

A la par, Andrés ordenó la creación del Fondo de Pensiones para el Bienestar, que no es otra cosa que un atraco en despoblado para quedarse con los ahorros de las personas mayores de 70 años de edad que por algún motivo no han retirado sus pensiones, el ahorro de toda su vida.

Y por otro lado instruye a sus huestes de la Cuarta Transformación a aprobar reformas a la Ley de Amnistía para establecer que el Presidente podrá “dar amnistía a quien aporte información comprobable para conocer la verdad en casos relevantes para el Estado mexicano”. No obstante, es obvia su pretensión de que el Poder Ejecutivo ostente la facultad de otorgar perdón a diestra y siniestra a delincuentes, y sin importar que siquiera exista un proceso, es decir, blindar a personajes clave para él y que han representado la corrupción, entre quienes por cierto estarían sus tres hijos mayores.

Lo he dicho antes e insisto, no es descabellado advertir la intención de Andrés de propiciar un escenario que algunos ven impensable y otros lejano, pero que no es mi caso, dado que siempre he alertado en el sentido que si lo dejan, será capaz de buscar modificar todo lo necesario para poderse candidatear de nueva cuenta una vez pasado el sexenio que sigue, y convertirse en el cacique que pueda seguir al frente del Gobierno mexicano por muchos años más manipulando al país.

Ante este escenario, queda motivar a la población inconforme, enojada, para propiciar un movimiento nacional de de fastidiados, de hartos, y que el hartazgo sea el motor que encienda y motive también el miedo; pero el miedo racional, el miedo que permita una reacción de actuación de la población; y un miedo sí de que pase algo profundo si es que no se actúa; miedo a las consecuencias de no hacerlo, no del miedo a actuar.

Y la posibilidad más importante es repetir con creces, con mayor profundidad, lo ocurrido en la manifestación del pasado 19 de febrero, y que el próximo 19 de mayo sea una demostración muchísimo más amplia, más grande, más sólida, de lo que significa la fuerza del pueblo, impulsando evitar que el Presidente logre su mezquino propósito de separar de su cargo a la presidenta de la Corte, Norma Piña, y encarcelar a la candidata de la coalición “Fuerza y Amor por México”, Xóchitl Gálvez.

Esto hace necesario que la propia Xóchitl Gálvez y quienes le apoyan en la estrategia y en la operatividad global de la campaña, y quienes deben de influir hacia abajo a los ciudadanos, lo necesario, sin menoscabo de hacerlo con las huestes partidistas que, dicho sea de paso, no son realmente un gran apoyo, por muchas razones, pero también se tiene que activarlas un poco, que se haga lo que sea necesario para aguantar los ataques, los embates, y sacar la casta para, primero, dejar atrás la percepción errónea de la derrota anticipada, y segundo, poner de manifiesto que hay competitividad, hay tiro -como dirían por ahí-, y que aún hay tela de dónde cortar para sacar a la gente a votar, y además lo hagan de forma razonada, inteligente y con responsabilidad.

La importancia de, como dijo Xóchitl Gálvez, cambiar algunos esquemas de campaña para hacer de esto algo más sólido e incisivo es, sin duda, ganar más adeptos. Pero también para ello será fundamental plantearles la realidad y generar conciencia en la sociedad del peligro que representaría, si es que el Presidente y Morena se salen con la suya, de obtener el triunfo el próximo 2 de junio con su candidata corcholata.

Las señales ahí están para quien quiera verlas. No nos están engañando. Quieren destruir al árbitro (INE); destituir a la presidenta de la Corte (eliminar a la SCJN); arrebatar sus ahorros a los ciudadanos (crear el Fondo de Pensiones del Bienestar); dejarlos en situación de indefensión (reforma a la Ley de Amparo); y tener el poder de perdonar a los delincuentes que decida el Presidente (modificaciones a la Ley de Amnistía).

Todo ello lo maquinaron, aprobaron y pusieron en marcha tan solo en esta semana.

Así las cosas, AMLO como canción de Molotov, quiere “todo el power”.

opinión.salcosga@hotmail.com

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