Sábado, 20 de Abril 2024
Suplementos | El día de la rana

Tradición en Teuchitlán

Se recuerda aquella época en la que por las noches los hombres salían armados con lámparas, garrotes y fisgas principalmente, para la caza de ranas

Por: EL INFORMADOR

Ubicado a 12 kilómetros de Tala, Teuchitlán tiene apenas dos años de haber retomado la fiesta dominical en donde se recuerda aquella época en la que por las noches los hombres salían armados con lámparas, garrotes y fisgas principalmente, para llevar a cabo la cacería de las ranas. Una tradición prácticamente en desuso.

Hay dos tipos de ranas. La más sabrosa es la rana negra, aunque la más comercial es la rana toro, tal vez por su gran tamaño.

Cuenta el buen Chon Castañeda que al puro ver el ojo rojo en medio de la noche, luego luego se reconocía que era una rana y ¡saz! el garrotazo o la lanzada con la fisga.  Al volver a casa, o a otro día, las limpiaban, les quitaban el cuerito y las tripas para amarrarlas del cuello en sartas de 4, 5 o 6 ranas. El mecatito para la sarta lo obtenían al deshojar una rama conocida popularmente como izote (una especie de guía gruesa y flexible).

Chon continúo diciendo: Hubo un señor muy conocido llamado Rigo. Era el mejor pescador que teníamos. Era tan bueno para pescar que lo hacía con maromeros, nasa, a pie, a mano, con garrote o como fuera.  Esto lo hizo hasta que murió de viejito. Todos en el pueblo lo conocíamos y hasta le encargaban que una rana o dos filetes… ¡Quiubo Rigo! Te encargo una rana por ahí, le decía la gente.  Y cuando le sobraba producto, Rigo por las calles gritaba ¡ranas, ranas, ranas!  Al tiempo que cargaba en la mano las sartas de ranas para vender.  Y pos ya la gente salía a comprarle.  Algunos ya de plano le compraban la sarta completa.  De ahí la costumbre de llamar a este tipo de pescadores RANEROS… aunque a unas gentes no les guste este apelativo.

Más tarde le pedí a Chon que me platicara acerca de cómo es que cocinaban las ranas y los pescados cuando salían de cacería, como ellos le dicen. Contestó: Antes nos íbamos en canoa y remando desde la Sauceda hasta la cortina de la presa de La Vega. En ocasiones llegamos a usar redes para pescar.  Al salir a la otra orilla ya teníamos hambre a ahí mismo pelábamos unas 3 o 4  ranas y otro tanto de pescados.  Antes había bagre, carpa, tilapia, pez burro con la trompita para abajo, carpa herbívora que le nombrábamos, carpa roja, otro tipo de pescadito que parecía sardina, mojarra colorada, bueno ¡Hasta almejas! Cortábamos unos nopales tiernitos y los poníamos a asar a la lumbre, ire, nomás les dábamos una raspadita y de todo lo demás se encargaba la lumbre. Los pescados los abríamos en capa, así, a lo largo y les poníamos a veces sal. Eran tan buenos… y no ocupábamos tanta receta.  Alguna vez llegamos a usar bragas para prender la lumbre y, con el humo, se alcanzaban a ahumar.  Era muy sabroso comer así.  Pero mire Maru, el abuso de la gente, me refiero a la sobre explotación y la contaminación ha ido acabando con todo.

Así pues, los habitantes del municipio de Teuchitlán comieron rana negra en caldillo o empanizada recubierta de una salsa picada hecha con jitomate, cebolla, chile, sal y suficiente orégano fresco de maceta.  De hecho ya casi nadie lo hace así, dijo Chon.  Y coincido con él. La zona restaurantera que rodea a la presa de La Vega, ofrece una gran variedad de platillos preparados con ancas de rana: al mojo de ajo, a la diabla, al ajillo, con salsa arriera y empanizada, si, efectivamente, pero sin esa famosa salsa picada de antaño.

Las ancas de rana que hoy comemos son traídas, las más de las veces, de Guadalajara. Llegan en marquetas de hielo bien congeladas. Fueron obtenidas en viveros o ranarios dedicados específicamente a su reproducción. Por ello, les propongo visitar la plaza de Teuchitlán desde las 10 de la mañana el próximo domingo 7 de Septiembre y degustar los platillos típicos y antiguos del municipio que, en un primer gran esfuerzo, han preparado para todos los visitantes, las amas de casa, restauranteros, artesanos, la Casa de la Cultura y los habitantes en general para ofrecer una kermés familiar.

Entre los platillos antiguos habrá birria de olla, el famoso mole de La Mora preparado por las hijas de Carmela Silva, garbanza guisada con nopales,  tortas de camarón, tamales antiguos de piloncillo (receta que perteneció a la Hacienda Labor de Rivera), gorditas de horno cocinadas con leña, tamales de elote de La Chata de Ahualulco y sus también famosos ahuilotes enmielados y cacomites, nieve de garrafa como se uso hace casi 100 anos, empanadas de calabaza, tepache, turco de garbanzo exquisito, entre otras delicias.

Por la mañana habrá concurso de papalotes, trompo, balero y yoyo, los ganadores pasarán a la semifinal que se llevara a cabo en Guadalajara. La convocatoria está abierta, todavía pueden inscribirse niños y papas de los niños.  Para mayor información pueden contactar con la Casa de la Cultura de Teuchitlan.

Maru Toledo

marutoledo_5@hotmail.com

Centro de investigación para el rescate
de la tradición oral y gastronómica, A.C.

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